La presencia de algunos síntomas psicológicos o psiquiátricos es normal, siempre que no excedan en intensidad o duración y no provoquen una alteración en nuestro ritmo de vida habitual, ni en nuestras relaciones de pareja, o con familiares o amigos.
Por ello, la ansiedad anticipatoria previa a un examen o la tristeza fruto del duelo ante la pérdida de un ser querido, pueden ser motivo de consulta al médico de cabecera, pero no suelen requerir una atención especializada.
Sin embargo, en determinadas situaciones, las emociones normales pueden hacerse más intensas y más duraderas de lo habitual, desbordar al individuo y generar un malestar psicológico. Es en este caso, sin duda, el momento preciso en que podría beneficiarse de un tratamiento psicológico o psiquiátrico. Cuando dura varias semanas la vivencia de estar continuamente triste y los seres cercanos o uno mismo se da cuenta que «ha dejado de ser la misma persona de siempre», acudir al psiquiatra se convierte en una adecuada elección y recomendación.
Otras situaciones en las que sería recomendable realizar una consulta con el psiquiatra, serían:
Una persona que se identifique con alguno de estos problemas debe considerar la visita a un psiquiatra porque si padece un problema psiquiátrico tratable (y muchos lo son hoy día), puede encontrar una gran mejoría y un alivio notable a su malestar.